Detrás de la obscuridad; imágenes lucidas de recuerdos; realidades etéreas y paralelas anexas; entré el cumulo de los actos que nos definen en la vida.
Esperar detrás de todo refugio; del recuerdo sin dudar; de la misma construcción de la realidad: en la profundidad del ser y la singularidad del todo.
Justificar el final de los caminos corresponde a contemplar la existencia, las ideas puede adornar y encantar.
El reflejo de las mismas bondades esmeran dentro del individuo, la vida y el espíritu; del ser qué engendra a el mismo sin conformación.
No se puede dedicar el tiempo al viento; viendo cristales de la luz y entre la locura de dónde los reflejos del espíritu encarnan la vida y el recuerdo eterno.
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