Cacofonías Encontradas

Mis Tónicos En La Serie Armónica
Mostrando entradas con la etiqueta Filosofía Experimental. Historia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Filosofía Experimental. Historia. Mostrar todas las entradas

domingo, 14 de junio de 2015

Efemérides

La hojas de los árboles; reflejo del capricho de viento; en la roca firme sobre si misma; en la tierra de reproches del viento; que sopla sobre el cabello dorado de los sueños.

Detrás de la obscuridad; imágenes lucidas de recuerdos; realidades etéreas y paralelas anexas; entré el cumulo de los actos que nos definen en la vida. 

Esperar detrás de todo refugio; del recuerdo sin dudar; de la misma construcción de la realidad: en la profundidad del ser y la singularidad del todo.

Justificar el final de los caminos corresponde a contemplar la existencia, las ideas puede adornar y encantar. 

El reflejo de las mismas bondades esmeran dentro del individuo, la vida y el espíritu; del ser qué engendra a el mismo sin conformación. 

No se puede dedicar el tiempo al viento; viendo cristales de la luz y entre la locura de dónde los reflejos del espíritu encarnan la vida y el recuerdo eterno. 

  
         
   

viernes, 12 de junio de 2015

Debe y Haber. (Uróboros)

La peor de las desesperaciones es saber la verdad pero no intuir la naturaleza de la sabiduría que la contiene. Cómo aquel que se deforma la mente, el alma y la conciencia tratando de creer en algo que no es verdad. No es casualidad que a esto se lo denomina locura. 

El peor de los despertares son aquellos de los cuales no podemos escapar, las condenas y las cadenas. No es posible que el humano con los millones de años de existencia siga atrapado en el juego de la culebra y la escalera de palos. 

Tampoco es creíble que las personas se aferren a juegos mentales sobre el origen de los males del alma. Y lo peor es que aun habiendo avanzado tanto, en todas la ciencias y artes; nos empecinemos en capturar a los demás en nuestras propias concepciones y miedos. No hay nada que pagar, el deudor es la muerte y a ella no se le paga más que con nuestra propia alma.