Cacofonías Encontradas

Mis Tónicos En La Serie Armónica
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miércoles, 3 de junio de 2015

Me imagino el odio vos

No recuerdo nunca haberte visto en el jardín de la fiesta. Es una sensación extraña mirar por encima de la verja cada vez que arribo a ese lugar. No recuerdo quien traía la pistola y quien empezó a disparar. No recuerdo tu personalidad y no recuerdo que fueras importante para encontrar el reducto. Pero cuando me comunicaron que habían asaltado un banco federal, se me fue el alma. No estoy seguro si alguna vez volveré a ser el mismo. Ahora generalmente busco carros en la oscuridad, y sí soy muy bueno para hacerte llegar a uno que es exactamente el mismo pero diferente al tuyo. Todo es cuestión de las quimeras que se aglutinan como bosques y la cromática de tus ojos con tu pelo. 

No sé si las cuerdas en las que nos columpiamos fueron lo suficientemente fuertes para soportar al colectivo de locos que asechaban la casa con verja. No te podría contar sus intenciones simplemente te podría mandar a tomar té con ellos a París y a lo mejor invitarlos con mi crédito a tomar pulque en algún lugar raro de México. Pero siempre mande flores, en especial a aquellos que murieron cuando no supieron cómo había que esconderse en el banco federal. Más de un par de veces intente hacerles llegar a sus familiares un seto pero nunca creyeron que simplemente fuera un arreglo con amapolas los ponía nerviosos y devolvían el regalo, eso creo ya haberlo entendido.

De tus ampollas te podría decir muy poco, nunca tuve la oportunidad de recorrer más de 3 vueltas en las pista de Moto Cross. Y tampoco me interesa demasiado saber que me hizo tragarme el orgullo y disfrutar del recorrido de las lagrimas cómo la persona más rígida del mundo. No es que sea de esos clásicos bipolares que pueden romperse la cara a carcajadas mientras las gordas lagrimas caen de sus ojos. Soy más del tipo de locos que se queda llorando en el vació, esperando que algo tome mí dolor y me levante. Creo que son las consecuencias de haber pertenecido a esa generación de niños índigo histéricos medio consentidos pero criados con la fallida prudencia de varios tutores que parecen ordenar la vida cómo en los juegos de dominos con los abuelos que te caen mal.

Tanto así es mi historia que te podría hacer una critica sería y bien fundamentada sobre los tipos de enseñanza y pedagogías modernas, en primera persona pero no que vaya a matar al alfa-beta y salir por la tangente. Que no explican porqué dentro de todos los genios, los que más sobresalen siempre son los autodidactas. Es por esto mismo que nunca me llamo la atención la violencia y tampoco el servir a los demás para dar el ejemplo. Al mismo tiempo nunca valore la memorización por mí pragmatismo que no termina de darme la razón. Cuando algo es importante no necesitas nada más que una formula o ley para concretar la idea y sus componentes, la diada de la vida y las triadas de tiempo... Ver la imperfección en la creación del hombre; entender las limitaciones del idealismo y las ventajas del cartesianismo funcional, si es que verdaderamente existió. Y no es que me fuera por la tangente de las sustancias extensas, para eso recuerdo a las culebras y los dragones. Y cada dato nuevo que aprendo cuándo me encuentro a una aunque sea ideográficamente en jaque pero no mate.   

Retomando los arreglos de amapolas, creo que mis amigos inglesitos no han de estar muy felices conmigo. Sobretodo el economista que frustre cuándo le explicar que el valor de las cosas siempre es sustantivo. Pero que los economicistas tratan de hacer un Maslow de los recursos materiales y eso no correcto epistemologicamente hablando en una gran teorías del valor sustantivo. Que si bien no es una fuerza coercitiva si es una brecha, un recorrido, un sendero post-humano por el que no todos van a poder pasar. Y que mientras más largo sea el tiempo mayor será el conflicto que se geste en el ambiente, en la esencia, la cantidad y la forma de los recursos materiales nunca correspondan al valor sustantivo y no estrictamente apegado a la raíz causal del verbo. Tanto así que las malteadas de fresa se volvieron sinónimo de vanidad y todo por haberles agregado una cuantas semillas de ruda. Me imagino a los europeos que se fumaron la florifundia por no creer que algún Pancho quería ser su amigo y se volvieron Pachecos al llegar a Tijuana. No lo sé, tal vez fue por el dicho de los sureños pero a mí no me da igual, mancharon mi altísima reputación de loco, desperdiciando los pétalos púrpuras como que fuera purpul haze y no respetando ningún tipo de repetición sagrada, puros retrogradas, creacionistas mentirosos, de los peores males para el alma y del peor veneno para su pueblo, escorias de la vida y también lumbres inhumanas. 

Esperar que el verdadero origen de ser caprichosos desaparezca, solo esta al alcance de aquellos que ya lo perdieron y lo encontraron todo otra vez, aunque fuera en lugares distintos, un camino sin inicio ni llegada. Como jugar a quién es la fruta y enojarte por qué solo te dejaron escoger ser la toronja. Y a mí, que me fascina recorrer esos círculos con fachada de sabelotodo en lugar de divagar por espirales descendentes. Pienso haberme convertido en un alfarero de los sueños. Generalmente fabrico granadas a las cuales no les agrego nada más que los componentes de nuestras propias ironías. Como quien me agradeció por la loratadina pero no tardo en reclamar cuando no le gustaban ser una avispa. 

Aludo dos cosas de tal hecho, primero que no le gusta admitir que todos lastimamos a alguien y que unos son más capaces para eso que otros, manipuladores, así se les conoce, algunos dirían sociópatas pero pienso yo todos tenemos cierta apatía social... Y la segunda es que no le gustan los higos solo la miel. Por último le recomendaría que se endulce con pura panela, ni muy azúcar, ni muy sintético, tal como es. Como cuándo me pedía un palo, sabiendo que eso no solo era morbosamente grotesco sino también muy reprochable desde la óptica, ahora ya lo se perspectiva, moralista. En la cuál yo sabía que perdería el juego. Creo que fui muy niño y ahora que lo pienso mejor simplemente se la hubiera metido por el culo y con la delicadeza de no usar condón. Para ser justos con este furtivo personaje y también aprovechando para aclarar que no es la primera vez que alguien me saca mi lado más sanguíneo de esa forma tan sádica. Y todo para preguntarle sí esa respuesta o ese ítem en su lista le abre las puertas de San Pierre. Para así poder estar por siempre con Francisco 'el Pancho' y sus amigos de la federación hiper-meta-escatológica, cómo ella cuenta cuando teme dejar de creer... Mientras tanto en el lobby del lugar de aquella reunión astral, yo intento desvanecer mi conciencia con unos humildes 21 gramos de coca, en rajas que emulan a un zebra(s) ya atrapada y agonizante, esperando que el corazón se me salga del pecho o mínimamente se pare de nuevo para poder decirle. -Y ven quienes son los necios, quienes desdibuja la realidad con fábulas de quinta sobre la maldita calle pavimentada de oro y el dolor de cabeza que causan esos serafines con sus malditas trompetas y arpas. Yo pedí específicamente un concierto de Portishead, Mogwai o mínimo de Radiohead. Y ustedes con eso de que aquí habría paz. Y en estas malditas túnicas no me recuerdan a mi mismo, ya te dije a vos Miguel que le voy a flashar la verga a todas la chicas de mirada bondadosa que me encuentre, gracias totales.                                    

lunes, 1 de junio de 2015

Caminando a la boca del lobo.

No puedo recordar cuando te conocí. Para mí es un ilusión que nunca termina, un sueño/pesadilla que pareciera nunca acabar. Como quien acarea muerto ajenos y no recuerda sus propias ataduras, me volví un loco. Una clase de enviado del futuro para no romper una promesa -que juro es más grande que toda mí existencia. Y no sé bajo que hechizo fui atraído a aquella ilusión. Me han dicho que cambié, que ya no soy el mismo, que he perdido fuerza y que soy un irónico, un cínico y un escéptico. Pero yo sé muy bien lo que guardó dentro de mi alma, la fuerza que mueve mi espíritu.-

No recuerdo las conversaciones a solas, ni tampoco porqué caminaba entre murmullos y escuchas. No entiendo porque he de ser el distinto, el que debe poner el ejemplo. Tampoco entenderé las consecuencias de mis propias ilusiones rotas. Nunca se curaran las heridas que provoque con un vuelo y caída astrales. No es que me quiera emocionar pero he entendido que recorrer ese impetuoso camino, solo me mancha de más mierda. Cuándo lo que realmente aprendí es que somos distintos, pero eso es lo último que me nos ha matado, la distancia en la que nos encontramos hoy como individuos. Y porqué no nos pudimos abrir los ojos el uno al otro. 

Yo estoy seguro de que nunca fue odio, cómo podría odiar la más grande de mis ilusiones, no lo sé. Es por eso mismo que creo ser un niño imprudente y muy estúpido. Entrometido en asunto que me alienaban y de los cuales hacia toda clase de especulaciones horribles, que justifican tu desprecio. No recuerdo como empece a extraerme así de la realidad pero ya de regreso, recuerdo las consecuencias. 

Aquella época estaba llena de alegría, las personas esperaban el momento favorito de todos, pero yo seguía enfrascado en mi propia demostración de estúpidos. A la cual solo llegaban los incrédulos a ver un loco suspirar por la caída de la hoja de un árbol. Y buscando como buen loco que soy, mi propia sombra, me fui de mí casa en busca de luz, sin saber la ceguera que sufriría. Al verme en medio del ruedo mi lado valiente y fuerte al fin cedió. No sabría explicar que fue pero nunca podré admitir lo que dije. Lo único que concluyo es que a esa persona le regocija tenerme a un tiro de gracia y jugar la ruleta rusa. Y a mí que me encanta predecir el resultado de las cosas que siempre dicen los mismo. Soy un terrible especulador y un peor adivinador, ya que todo lo enfrasco en una portada POP y se la vendo a Satanás.

Cuando me creía que era un lucero, una estrella, la más importante empezó aquello; y aumentado como nunca, sin saber muy bien ahora cuál era la meta, me sentía más asfixiado que nunca los cuestionamientos me hicieron sucumbir a las propia sediciones de la vida, pero creí haber encontrado una salida: La emancipación de mi ser. No con mucha claridad de qué era lo que había desatado aquella vorágine me sentía atrapado bajo mi propia piel y solo quería desaparecer, agobiado por cierta vergüenza y orgullo que no terminan nunca de cazar en el rompecabezas. Hasta que vuelvo a entender que simplemente eran risas. Como las que propician los hermanos mayores cuando el bebé se tropieza y se pone a llorar.

Recuerdo cuando nuestro ojos se cruzaron por primera vez -te recuerdas que yo hablaba con cierta ironía de la existencia de di-s-. Te juro que sí entraras en mí cabeza te darías cuenta porqué no te reconocí hasta que fue muy tarde para exclamar mi devoción por ti. Pero en aquellos momentos la devoción era a la nada, a un vació que nunca nadie podrá llenar, en fin el río es el mismo para todos. 

Entre las olas de energía me sentía invicto aún pero cuando te dan hasta por la puerta de atrás, sientes cómo si fuera obligación creerte lo que los demás te dice. Y con tal de sacar ese resultado como producto de mi existencia, no di ninguna explicación y fui a preguntar, sin sospechar que aquellos olores no eran mis amigos, ni mucho menos extensiones de mi conciencia. Esa noche me empezaron a ladrar y morder los verdaderos lobos. Pero enviciados del show no pararon en la noche, al otro día se me acusó de un crimen sin pies ni cabeza. Entre en pánico y lo justifique bajo los estrictos hechos que conocía para escuchar uno gritos que nunca superare, en shock por aquellos chillidos solos las almas me iluminaron el sendero; un sacrificio y tal vez así una venganza a todo aquel odio guardado en el tope de mi propia cabeza. No entiendo a qué se debe que las palabras me aplastara, mi espíritu de seguro estaba de bajón y todo concordó para matar al bastardo, como me ha explicado algunos crédulos del sentido ilógico de la venganza, borrachos de la dulzura de su propia venganza. 

En ese último recorrido recuerdo que mí llama motora fueron las risas que aun no entendía, mi enorme desprecio a las formas en que algunos conciben la justicia y lo que simplemente no soportaba; un pasado que ahora se ve cómo una sombra que se abalanza sobre el camino de la vida. Recuerdo tus gritos, tal vez tu fuiste la única que se dio cuenta lo qué se sentía ser Diego el que no tiene a nadie con quien llorar o reír. No recuerdo con claridad que era lo que decías pero fue suficiente para que los payasos pararan a reflexionar. Y en medio de aquellos ruidos se escucho una última voz aclarando que no me amaría nunca. La caída astral fue la de una roca, que algunos se empecinaron en cambiar para no afectar su propio razonamiento. Pues entiendo, ninguno cree que debería estar aquí, pero se respetan por su propias conclusiones. Y cómo sacarles de la cabeza eso de quién salta de un puente lo puede contar. Yo sigo aquí y ellos estarán de seguro aquí un buen tiempo también. Simplemente quería dejar en claro que en una guerra no hay victoria ni derrota: todos perdimos parte de nuestra inocencia y nadie tendrá la certeza de quién disparo de primero; yo solo les diría ámense los uno a los otros antes de que yo los entienda, me lo podría robar todo.                             
         

miércoles, 16 de abril de 2014

Para dios y el existencialismo


Regresando al existencialismo y sus implicaciones en la formación de la identidad individual, me chocan muchas dudas acerca del pensamiento escéptico que nos lleva a confían únicamente en lo palpable y visible, estoico de corazón. Por el momento no encuentro mis libros favoritos y tampoco creo que me ayudarían. Estoy confortablemente a la deriva, meciéndome entre las olas y viendo al cielo buscando alguna explicación.

Si tuviera que hablar con dios, tendría que decir que me diera unos minutos para preparar mis preguntas. Y es en ese momento en donde todo lo que conocemos como dios se desintegra en espirales infinitos de nuestras propias incógnitas, en donde nuestro ego, alma o ser se elevan a jugar entre las interrogantes interminables sobre los supuestos que no nos permiten ser.

                -Jesús- le diría al principio. - ¿Sigues avergonzado de ser distinto, ser el unigénito?-

No para escuchar las justificaciones que han surgido para explicar la crueldad del hombre simplemente para ver si era humano o al menos no un sociópata. En esos momentos donde la verdadera pasión de cristo se revuelve entre la sangre derramada por la humanidad y su infinita capacidad de amar. No le podría negar que su venganza contra la fe se convirtió en el asesino de los sueños y el pragmatismo de la razón. Le preguntaría si me puede permitir entrar en la presencia de su padre por su propia fe.

En este momento le diría al padre porqué cada vez que me alejo más de mis preguntas sobre la existencia; se van convirtiendo en formulaciones personales, en reclamos individuales. Entendiendo que él nos brindó la libertad, le preguntaría si se ha convertido en el caos total. Y si esa es la verdadera naturaleza del espíritu, su falta de comprensión para el hombre imperfecto. En esos momentos de angustia donde solo nos podemos apiadar y entender a nosotros mismos como reflejos del espíritu santo y la obra de dios para entrar en paz me desvanecería.

Si le preguntaría algo más perdería mi libertad y si le rezara todas las noches me volvería su lacayo. En ti señor descansan mis pesares, en ti señor vive mi libertad, en ti señor se escapa mi paz, te amo pero lejos de ti. Como el amor amargo que ocurre después de vivir con alguien por mucho tiempo. En el casación de buscarte cuando lo has dado todo y solo encuentro tú reflejo en todas las cosas en especial en las más sencillas.

Pero di-s cómo es posible que vivas en lo minúsculo, es que acaso hemos perdido el miedo; es porque ya no tienes respuestas sencillas; más que la infinita imaginación de esté ser que te creo a su semejanza. Padre yo no me culpo más pero tampoco soy feliz entre tanta miseria y violencia. No soy feliz en las cascadas del tiempo que chocan en la base del cañón dónde me agrada pensar; que nadie me puede escuchar o entender. Bajare por el rio sin cruzarlo no por el miedo de cambiar al río en sí, sino con el temor de haber perdido el tiempo entre sonidos que algunos le llaman el camino a la libertad, pero que nos vuelven ovejas de la profundidad. Que se esconden detrás de las cosas simples y que sólo existen en esos momentos donde encontramos, lo que se conoció alguna vez como gracia.

Tal vez ese sea mi problema, encontrar la harmonía en el estado de caos en que vivimos. Mis piernas no corren cuando deberían, mi mente se enoja a la hora de escuchar, mi cansancio me lleva a desvanecerme por completo y la falta de gracia me convierte en el hombre más feo, horrible y cínico de todos. 

Solo espero que el padre me devuelva lo que alguna vez me arrebataron. Nunca podré excusar mi fealdad más allá de mis interiores; pero cuando lo ves todos los días; en el reflejo del señor; es cuando me pregunto si soy el anticuado o simplemente soy tan feo por ser idiota. 

Después de la destrucción vendrá el orden y así todo se ira destruiyendo como siempre suele suceder, en el micro y macro de todo; lo que abarca la existencia, incluso de nuestro señor, nuestro espiritu y su mismo cordero.              

viernes, 21 de marzo de 2014

Viviendo en soledad

La vida se va en cada suspiro
Las lágrimas lavan los sentimientos
Los enojos nos encierran en frustraciones
La felicidad siempre termina donde empieza la tenue alegría
La alegría es la ilusión del momento

Momentos que están hechos de nuestro tiempo y existencia. 
Del tiempo que siempre es relativo
Vivos en soledad relativa
Ya que la felicidad es efímera
Solo la plenitud es totalidad 

Pero para estar viviendo hay que sentir cada suspiro
Hay que llorar hasta que la mente se estropee
Sintiendo la plenitud que hay en la conexión de la existencia
Las frustraciones deben ser los caprichos de nuestro orgullo,
La felicidad brillando en el ocaso de las alegrías,
Alegrías por los momentos para sentir así el tiempo,
Y poder vivir en total plenitud la soledad de los momentos y tormentos.