No recuerdo nunca haberte visto en el jardín de la fiesta. Es una sensación extraña mirar por encima de la verja cada vez que arribo a ese lugar. No recuerdo quien traía la pistola y quien empezó a disparar. No recuerdo tu personalidad y no recuerdo que fueras importante para encontrar el reducto. Pero cuando me comunicaron que habían asaltado un banco federal, se me fue el alma. No estoy seguro si alguna vez volveré a ser el mismo. Ahora generalmente busco carros en la oscuridad, y sí soy muy bueno para hacerte llegar a uno que es exactamente el mismo pero diferente al tuyo. Todo es cuestión de las quimeras que se aglutinan como bosques y la cromática de tus ojos con tu pelo.
No sé si las cuerdas en las que nos columpiamos fueron lo suficientemente fuertes para soportar al colectivo de locos que asechaban la casa con verja. No te podría contar sus intenciones simplemente te podría mandar a tomar té con ellos a París y a lo mejor invitarlos con mi crédito a tomar pulque en algún lugar raro de México. Pero siempre mande flores, en especial a aquellos que murieron cuando no supieron cómo había que esconderse en el banco federal. Más de un par de veces intente hacerles llegar a sus familiares un seto pero nunca creyeron que simplemente fuera un arreglo con amapolas los ponía nerviosos y devolvían el regalo, eso creo ya haberlo entendido.
De tus ampollas te podría decir muy poco, nunca tuve la oportunidad de recorrer más de 3 vueltas en las pista de Moto Cross. Y tampoco me interesa demasiado saber que me hizo tragarme el orgullo y disfrutar del recorrido de las lagrimas cómo la persona más rígida del mundo. No es que sea de esos clásicos bipolares que pueden romperse la cara a carcajadas mientras las gordas lagrimas caen de sus ojos. Soy más del tipo de locos que se queda llorando en el vació, esperando que algo tome mí dolor y me levante. Creo que son las consecuencias de haber pertenecido a esa generación de niños índigo histéricos medio consentidos pero criados con la fallida prudencia de varios tutores que parecen ordenar la vida cómo en los juegos de dominos con los abuelos que te caen mal.
Tanto así es mi historia que te podría hacer una critica sería y bien fundamentada sobre los tipos de enseñanza y pedagogías modernas, en primera persona pero no que vaya a matar al alfa-beta y salir por la tangente. Que no explican porqué dentro de todos los genios, los que más sobresalen siempre son los autodidactas. Es por esto mismo que nunca me llamo la atención la violencia y tampoco el servir a los demás para dar el ejemplo. Al mismo tiempo nunca valore la memorización por mí pragmatismo que no termina de darme la razón. Cuando algo es importante no necesitas nada más que una formula o ley para concretar la idea y sus componentes, la diada de la vida y las triadas de tiempo... Ver la imperfección en la creación del hombre; entender las limitaciones del idealismo y las ventajas del cartesianismo funcional, si es que verdaderamente existió. Y no es que me fuera por la tangente de las sustancias extensas, para eso recuerdo a las culebras y los dragones. Y cada dato nuevo que aprendo cuándo me encuentro a una aunque sea ideográficamente en jaque pero no mate.
Retomando los arreglos de amapolas, creo que mis amigos inglesitos no han de estar muy felices conmigo. Sobretodo el economista que frustre cuándo le explicar que el valor de las cosas siempre es sustantivo. Pero que los economicistas tratan de hacer un Maslow de los recursos materiales y eso no correcto epistemologicamente hablando en una gran teorías del valor sustantivo. Que si bien no es una fuerza coercitiva si es una brecha, un recorrido, un sendero post-humano por el que no todos van a poder pasar. Y que mientras más largo sea el tiempo mayor será el conflicto que se geste en el ambiente, en la esencia, la cantidad y la forma de los recursos materiales nunca correspondan al valor sustantivo y no estrictamente apegado a la raíz causal del verbo. Tanto así que las malteadas de fresa se volvieron sinónimo de vanidad y todo por haberles agregado una cuantas semillas de ruda. Me imagino a los europeos que se fumaron la florifundia por no creer que algún Pancho quería ser su amigo y se volvieron Pachecos al llegar a Tijuana. No lo sé, tal vez fue por el dicho de los sureños pero a mí no me da igual, mancharon mi altísima reputación de loco, desperdiciando los pétalos púrpuras como que fuera purpul haze y no respetando ningún tipo de repetición sagrada, puros retrogradas, creacionistas mentirosos, de los peores males para el alma y del peor veneno para su pueblo, escorias de la vida y también lumbres inhumanas.
Esperar que el verdadero origen de ser caprichosos desaparezca, solo esta al alcance de aquellos que ya lo perdieron y lo encontraron todo otra vez, aunque fuera en lugares distintos, un camino sin inicio ni llegada. Como jugar a quién es la fruta y enojarte por qué solo te dejaron escoger ser la toronja. Y a mí, que me fascina recorrer esos círculos con fachada de sabelotodo en lugar de divagar por espirales descendentes. Pienso haberme convertido en un alfarero de los sueños. Generalmente fabrico granadas a las cuales no les agrego nada más que los componentes de nuestras propias ironías. Como quien me agradeció por la loratadina pero no tardo en reclamar cuando no le gustaban ser una avispa.
Aludo dos cosas de tal hecho, primero que no le gusta admitir que todos lastimamos a alguien y que unos son más capaces para eso que otros, manipuladores, así se les conoce, algunos dirían sociópatas pero pienso yo todos tenemos cierta apatía social... Y la segunda es que no le gustan los higos solo la miel. Por último le recomendaría que se endulce con pura panela, ni muy azúcar, ni muy sintético, tal como es. Como cuándo me pedía un palo, sabiendo que eso no solo era morbosamente grotesco sino también muy reprochable desde la óptica, ahora ya lo se perspectiva, moralista. En la cuál yo sabía que perdería el juego. Creo que fui muy niño y ahora que lo pienso mejor simplemente se la hubiera metido por el culo y con la delicadeza de no usar condón. Para ser justos con este furtivo personaje y también aprovechando para aclarar que no es la primera vez que alguien me saca mi lado más sanguíneo de esa forma tan sádica. Y todo para preguntarle sí esa respuesta o ese ítem en su lista le abre las puertas de San Pierre. Para así poder estar por siempre con Francisco 'el Pancho' y sus amigos de la federación hiper-meta-escatológica, cómo ella cuenta cuando teme dejar de creer... Mientras tanto en el lobby del lugar de aquella reunión astral, yo intento desvanecer mi conciencia con unos humildes 21 gramos de coca, en rajas que emulan a un zebra(s) ya atrapada y agonizante, esperando que el corazón se me salga del pecho o mínimamente se pare de nuevo para poder decirle. -Y ven quienes son los necios, quienes desdibuja la realidad con fábulas de quinta sobre la maldita calle pavimentada de oro y el dolor de cabeza que causan esos serafines con sus malditas trompetas y arpas. Yo pedí específicamente un concierto de Portishead, Mogwai o mínimo de Radiohead. Y ustedes con eso de que aquí habría paz. Y en estas malditas túnicas no me recuerdan a mi mismo, ya te dije a vos Miguel que le voy a flashar la verga a todas la chicas de mirada bondadosa que me encuentre, gracias totales.